En un sentido cultural, la circuncisión es un tema ampliamente debatido, sin embargo, en el ámbito de la salud, no se trata de una práctica ni buena ni mala; sencillamente, llega a hacerse necesario en algunos casos, por ejemplo cuando se presenta fimosis -condición en la cual el prepucio presenta un 'anillo fibroso' que impide que este pueda retraerse y descubrirse el glande- a cualquier edad. Esta intervención quirúrgica es incómoda, más que dolorosa, pues se utiliza anestesia y debe realizarla un médico cirujano especializado. Después de la operación, queda una herida que tarda cerca de una semana en cicatrizar.
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